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Agua Amarga, Núcleos de población del Parque

Agua Amarga es una importante localidad costera del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar perteneciente al municipio de Níjar, muy cerca del límite con el Término Municipal de Carboneras, por lo que dada su proximidad con esta vecina población, sus habitantes la frecuentan para hacer uso de determinados servicios o realizar algunas actividades que ofrece dicha población. El acceso a Agua Amarga puede hacerse desde la carretera provincial AL-5106 que parte de la N-341 o desde Carboneras a través de la misma carretera provincial, pasando junto a Mesa Roldán.

El nombre de Agua Amarga procede del árabe Al-hawan, que significa localización de agua. Los antecedentes históricos más remotos de esta población se remontan a la época Nazarí, cuando, al parecer, esta población fue un antiguo fondeadero musulmán conocido como “Chavala”, perteneciente al distrito de Pechina.


Foto : Plaza de Agua Amarga © JG

La playa de Agua Amarga siempre ha sido un fácil embarcadero entre una costa duramente acantilada, por lo que su situación estratégica permite un fácil acceso hacia los campos de Níjar, siendo una ruta frecuentada por los piratas berberiscos, informados por los moriscos, que eran buenos conocedores del territorio. Por ello, la preocupación por defender este embarcadero es antigua y en varias ocasiones a lo largo de la historia se ha proyectado la construcción de un fuerte específico para su defensa. Así, en 1725, el ingeniero militar Juan de La Ferrière, proyectó una fortificación que nunca llegó a edificarse. En 1733 y 1735 Felipe Crame aconsejó la construcción en Agua Amarga de un fuerte para seis cañones y cuarteles para su guarnición (Gil Albarracín, 2000), del que existen los planos del proyecto, pero que nunca llegó a materializarse, optándose finalmente por construir la fortificación en Mesa Roldán.

Dado su emplazamiento estratégico, en la playa de Agua Amarga se instaló un puesto con cuatro soldados que formaba parte del cordón sanitario establecido en 1720 para evitar contagios de enfermedades infecciosas por vía marítima. Durante el siglo XVIII tuvo su base en Agua Amarga una almadraba de monteleva para la pesca de atún que era arrendada anualmente. Durante el siglo XIX acabó asentándose una población estable, a quienes probablemente pertenezcan las cuevas existentes en el Cerro del Cuartel, donde aún se conserva el búnker construido en su acantilado (Gil Albarracín, 2000).

Actualmente la población censada de Agua Amarga es de 426 habitantes, aunque este número aumenta considerablemente en verano y época de vacaciones por la importante afluencia de turistas y la ocupación por sus propietarios de segundas residencias. Las actividades económicas predominantes de sus habitantes están vinculadas con la hostelería y el turismo, siendo testimonial las actividades de pesca tradicional que en el siglo pasado tuvieron su mayor auge.

 

El núcleo urbano ocupa una superficie de 240 703 m2, y se encuentra dividido físicamente en dos partes por la rambla de los Viruegas, que discurre de norte a sur, desembocando en la playa de esta localidad, a la que dió origen mediante la aportación de sedimentos. Esta playa urbana cuenta con los servicios y equipamiento necesarios para pasar una buena jornada de baño, disfrutando de la arena dorada y sus aguas transparentes. Tiene una longitud de 550 metros y una anchura media de 30 m, registrando un alto grado de ocupación durante el verano. En la entrada a Agua Amarga nos recibe un gran eucalipto junto a un amplio aparcamiento que da paso a su entramado de calles y callejones en la margen izquierda de la Rambla de los Viruegas. El núcleo central de esta localidad se encuentra sobre una elevación del terreno de unos 16 metros sobre el nivel del mar, siendo algunas de estas calles de uso peatonal y dotadas de un encanto especial.

Predominan las viviendas de dos alturas con las fachadas de color blanco y algunas con adornos de color azul marino en recercados de puertas y ventanas, típico de las localidades cercanas al mar. Algunas casas disponen de pequeños porches y jardines en los que es frecuente encontrar buganvillas que aportan en primavera una nota de fuerte colorido y alegría por la intensa coloración de las brácteas de sus flores. Aunque Agua Amarga ha tenido un reciente desarrollo urbanístico, la tipología constructiva de las viviendas, salvo algunas excepciones, se ha realizado con buenos criterios de integración paisajística, manteniendo la esencia de una población tranquila, poco masificada y alejada del bullicio de las ciudades.

La entrada principal hacia el centro urbano se realiza a través de la Calle Ensenada, que va en dirección a la playa. Si queremos adentrarnos en el centro del núcleo de población, nos podemos desviar a la izquierda por la calle La Noria, que discurre junto a una plaza con un pequeño parque de juegos infantiles y desde la que podemos acceder por una escalera a las calles más elevadas de la población, como la Calle Baliza, Cerrete o Calle La Redonda. Casi perpendiculares a estas, discurren las calles Mare Nostrum y Miramar, que van a desembocar a la plaza principal de la localidad, muy soleada y en la que destacan unos largos bancos con azulejos esmaltados en color azul con dibujos de motivos marinos y escenas rurales tradicionales, realizados por el artista inglés Matthew Weir, residente en Níjar desde hace muchos años.

 

Fotos:
Vista de Agua Amarga © JG
Calle Mare Nostrum © JG
Torre de Mesa Roldán © JG
Cuevas del Cerro del Cuartel © JG

   
 
FUENTE: IIECA
 

La carretera de Carboneras divide la zona este de Agua Amarga, a su vez en zona norte y sur. Esta zona norte ha tenido un desarrollo muy reciente, que aún se mantiene, dado el atractivo turístico de la población. Sus calles de reciente apertura tienen nombres de países insulares, como Madagascar, Borneo, Barbados, Samoa, Martinica, etc. El resto del núcleo urbano queda en la margen derecha de la Rambla, paralela a la cual discurre la Calle del Desagüe, de la que parten la Calle las Rocas, la Calle La Lomilla y la Calle del Depósito, tranquilas y sombreadas calles por la vegetación de los jardines junto a los que discurren.

Agua Amarga cuenta con una importante y variada oferta de restaurantes, cafeterías, hoteles y otros comercios y servicios (consultorio médico, oficina de correos, etc), de los que el visitante podrá disfrutar, haciéndole su estancia muy agradable. En la gastronomía típica de la localidad los productos del mar son los principales ingredientes de la cocina tradicional, entre cuyos platos podemos degustar los boquerones en vinagre, la cuajadera de pescado, el guiso de pulpo, los fideos con pescado y la paella de marisco.

 

A finales de julio, la localidad celebra sus fiestas patronales en honor a Santiago Apóstol. Con motivo de estas fiestas se organizan juegos de agua, juegos infantiles, bailes, una procesión marinera y una verbena popular por las noches, en la que visitantes y lugareños disfrutan de unos días de diversión junto al Mar Mediterráneo.

En el extremo este de la playa de Agua Amarga, podemos ver los restos del antiguo cargadero de mineral que la Compañía Minera de Sierra Alhamilla hizo construir en 1894 para embarcar el mineral de hierro de las minas procedente de Lucainena de las Torres, a 32 Km. Las instalaciones terminales de la línea del ferrocarril contaban con dos ramales a distinto nivel, silos, oficinas, túneles, aljibes y un cargadero metálico invertido, cuyo tablero de cuatro vías para las vagonetas avanzaba 70 metros en voladizo a 14 metros de altura sobre el mar, con dos vertederas móviles en su extremo que descargaban directamente sobre las bodegas de los barcos.
Aunque la empresa minera mantuvo un buen nivel de actividad durante la primera década del siglo XX, en la segunda, el mercado comienza a no ser tan favorable. En los años posteriores a la Primera Guerra Mundial se produce una grave crisis siderúrgica, que supuso el declive del mineral nacional de hierro, ocasionando graves dificultades para esta explotación minera. A estas dificultades se unen la competencia de los minerales del norte de África y las mejoras salariales que comienzan a introducirse por esas fechas. La compañía fue soportando un declive continuo, hasta que en 1931 suspende temporalmente la circulación del ferrocarril. Posteriormente la actividad se reanudaría de forma esporádica hasta que en 1942 el vapor Bartolo cargó por última vez en Agua Amarga, desmantelándose posteriormente las instalaciones mineras y ferroviarias.

 

Fotos:
Olivo de Viruegas © JG
Calle Miramar © JG
Restos del cargadero de mineral © JG
Meseta Alta © JG

Desde el emplazamiento del cargadero de mineral podemos disfrutar de unas vistas impresionantes de la costa del Parque Natural y de una panorámica de Agua Amarga inmejorable, por lo que merece la pena subir hasta allí.

En los alrededores de Agua Amarga nos encontramos algunas agrupaciones de viviendas fuera del casco urbano, entre las que destacan Meseta Alta a unos 700 metros al noreste del núcleo de población y que está formada por un conjunto de nueve viviendas entre los términos municipales de Níjar y Carboneras, muy próximas al antiguo cargadero de mineral.

Hacia el noroeste, en torno a la carretera de acceso a Agua Amarga, nos encontramos La Joya de Agua Amarga, una zona tranquila en la que existen varias casas rurales y alojamientos turísticos con encanto, donde poder disfrutar de la naturaleza de forma íntima y relajada.

 
Ortofoto de Agua Amarga © IECA

Subiendo por la rambla de los Viruegas, a poco menos de 1 Km de la carretera, nos encontramos un monumento vivo: el olivo milenario de Viruegas que, según las Universidades de Madrid y Córdoba, es el más antiguo de Andalucía. El ejemplar tiene una peana de 8,94 m, un perímetro de tronco de 6,52 m a un metro del suelo y el diámetro de proyección de su copa es de 14,66 metros.

Desde Agua Amarga parten varios senderos para los amantes de las rutas de senderismo, destacamos especialmente el que transcurre desde el Cerro del Cuartel, recorre la costa hasta llegar a la Cala de San Pedro, pasando por la espectacular Cala de Enmedio y Cala del Plomo. También podemos hacer senderismo hacia el norte y visitar Mesa Roldán, donde nos encontramos los restos de una torre que espera su restauración y que fue proyectada en 1765 por el ingeniero militar José Crame, artillada con dos cañones y dotada con un cabo y tres torreros. La torre resultó completamente ineficaz por encontrarse demasiado elevada sobre el mar y relativamente distante del mismo; se mantuvo como atalaya privilegiada en cuyas inmediaciones se construyó a mediados del siglo XIX el faro que continúa orientando con sus destellos a las embarcaciones que navegan por las aguas próximas (Gil Albarracín, 2000).

Agua Amarga conserva aún el encanto que antaño tuvo como pequeño poblado de origen marinero, aunque se ve continuamente amenazada por la presión y especulación urbanística que esperamos no tenga éxito y se mantenga ese encanto y atractivo en armonía con el espacio natural donde se integra.

Francisco Gálvez

 
Foto : Vista de Agua Amarga desde el mar © JG