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El arto

Las particulares condiciones climáticas de las tierras bajas almerienses provocan la aparición de una vegetación altamente especializada y muy rica en elementos endémicos (exclusivos) o compartidos con el norte de África. Las elevadas temperaturas y las escasas precipitaciones imposibilitan el desarrollo de bosques, como encinares o alcornocales. Por lo tanto, la ausencia del estrato arbóreo no se debe a la actuación del hombre sino a las estrictas condiciones climáticas, presentes en este territorio desde hace 10.000 años. En este contexto tan restrictivo se desarrollan los azufaifares, representantes de la vegetación potencial y climática de las comarcas más áridas del sureste peninsular.

Foto: Ramo de arto, © Jardín botánico
El elemento principal de los azufaifares es el azufaifo (Ziziphus lotus) o arto como se le conoce en esta zona. Se trata de un arbusto muy denso y espinoso que puede alcanzar los 3 metros de altura y perímetros mayores a 10 m. Sus ramas presentan una forma zigzagueante típica, de color gris claro las más jóvenes.

Las hojitas son alternas, ovaladas, coriáceas y de color verde brillante, con tres nervios marcados, presentando en su unión con el tallo una fuerte espina. Las flores casi insignificantes son de color amarillo dorado y desarrollan un pequeño fruto carnoso comestible de color pardo llamado popularmente artina, de gran valor nutricional, consumida antiguamente como golosina.

Estas hojas pequeñas y duras que reducen la pérdida de agua por

Foto: Gran arto entre palmitos, © Jardín botánico

evaporación, la presencia de espinas y el desarrollo de unas raíces profundas convierten al arto en una especie perfectamente adaptada a las durísimas condiciones en las que se desarrolla, lo que le posibilita mantener sus hojas durante el verano y perderlas cuando llega el frío. Aunque encontramos pies por todo el sureste árido ibérico, en el entorno del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar se desarrollan excepcionales azufaifares entre el pueblo de Cabo de Gata y Retamar. Éstos quedan incluidos en el Área de Reserva “Las Marinas-Amoladeras”, protegidos además por la Directiva Hábitat. No podemos encontrar en el resto del continente europeo ninguna formación semejante, sí en el norte de África, resultado de un tiempo en que la península se encontraba unida al continente africano como consecuencia de la desecación del mediterráneo.

Los azufaifares confieren al paisaje un carácter muy particular, ya que podemos asemejarlos a oscuras islas de vegetación que sobresalen entre el suave relieve. Suponen importantes elementos de protección para el resto de flora y fauna que se desarrolla en estos ambientes ya que aportan sombra, humedad, cortan los vientos y ofrecen alimento. Permiten así que a su abrigo se desarrollen infinidad de especies vegetales pudiendo llegar hasta el medio centenar: salaos, chumberillos del cabo, rosas de navidad, espárragos, cambrones... aparecen bajo sus ramas. Su utilización para realizar cercas de protección para el ganado o como combustible y la aparición de construcciones en sus lugares de asentamientos han provocado su disminución en este área, de ahí la importancia de proteger los pies que existen actualmente.

Jardín Botánico “El Albardinal”
P. N. Cabo de Gata-Níjar, Cjría de Medio Ambiente