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Vida Natural

Receta

 

LA PASCUA

Digamos, para empezar, que el término “Pascua” parece ser que proviene del vocablo latín “Pascha” (Hebreo: “Pesaj”; Griego: “Pasja”), que más tarde en latín vulgar se convirtió en pascua e inmutable se quedó en el español.

Las regiones Nórdicas de Europa, así como también en los Estados Unidos y Canadá, el Domingo de Pascua es celebrado con varias costumbres que provienen de Babilonia, como el pintar huevos de diferentes colores, éstos se esconden y los niños los buscan para comerlos. En Andalucía, es también muy común hacer el roscón de Pascua, y en Cataluña “la mona de Pascua” que imprescindiblemente han de llevar un huevo ya sea de gallina o de chocolate. ¿Pero de dónde proviene esta costumbre generalizada?

El huevo era un símbolo sagrado usado por babilonios, creían en una vieja fábula a cerca de un huevo de gran tamaño que se suponía había caído desde el cielo al río Éufrates. De este maravilloso huevo -de acuerdo con la historia- fue engendrada la diosa Astarté. Por esto el símbolo del huevo llegó a ser asociado con esta diosa (recordemos que en inglés se usa Easter para la pascua).

Por eso de Babilonia -según algunos autores la madre de las falsas religiones- la humanidad se llenó de estas creencias y toda la tierra recibió la influencia de la idea del huevo místico; y hallamos el huevo como un símbolo sagrado en muchas naciones.

Los antiguos druidas portaban un huevo como emblema sagrado de su fe. La procesión de Ceres, en Roma, iba precedida por un huevo. En los misterios de Baco se consagraba un huevo como parte de la ceremonia festiva. En China, hasta en nuestros días, se siguen usando huevos de colores en su festival sagrado. En el Japón, una vieja costumbre consiste en colorear los huevos sagrados de forma muy brillante. En la Europa del Norte, en tiempos paganos, los huevos se usaban como un símbolo de la diosa Astarté (Easter). Entre los egipcios, el huevo se asociaba con el sol -"el huevo dorado"- Sus huevos coloreados se utilizaban como ofrenda de sacrificio durante las fiestas de Astarté. El huevo adquirió importancia dentro de la mitología egipcia cuando el Ave Fénix se quemó en su nido y volvió a renacer más tarde a partir del huevo que lo había creado en un principio.

Y para acabar, la Enciclopedia Británica dice: “El huevo, como un símbolo de fertilidad y de renovación de la vida, proviene de los antiguos egipcios y persas, quienes también tenían por costumbre el colorear huevos y comerlos durante su festival de primavera.”

Libros consultados: Fausset, pág. 105,108. Enciclopedia de las Religiones, de J.G. Forlong, tomo II pág. 13. Creencias Egipcias y pensamientos modernos, de James Bonwick, pág. 24.

  Nosotros, como símbolo de abundancia que nos traerá el nacimiento de la primavera, vamos a preparar unos deliciosos huevos rellenos, pero en lugar del clásico relleno de atún, le pondremos gambas y usaremos yogur en lugar de mahonesa, que resultaría más calórica, y si queréis hacer más festivo el plato, utilizar gambas frescas y si aún lo queréis ennoblecer aún más, sustituir el lumpo por caviar andaluz de Riofrío, por lo que ya sería un plato para una ocasión muy especial.
Foto: Huevo decorado © MA  
 

HUEVOS RELLENOS DE GAMBAS

Ingredientes para 6 comensales: • 6 huevos • 200 gramos de gambas congeladas (peladas y crudas) • 1 diente de ajo • 1 cc de chile picado • 1 cs rasa de zumo de limón • 1 cs rasa de aceite de oliva virgen extra • 75 gramos de yogur natural cremoso, cebollino fresco y huevas de lumpo. (Si no encuentra, cebollino, utiliza cebolleta fresca)

Elaboración:
En primer lugar hay que descongelar las gambas, por lo que sería ideal dejarlas descongelar la noche anterior en el frigorífico.

Lo siguiente será preparar los huevos, cocerlos como de costumbre, pero la mejor forma de evitar que los huevos se agrieten durante la cocción es calentarlos lentamente y mantenerlos siempre a una temperatura bastante inferior a los 100º C, que es el punto de ebullición, y pelarlos cuando estén tibios.

Pela el diente de ajo y pícalo, pon un poco de aceite de oliva en una sartén y dora ligeramente el ajo con el chile, incorpora entonces el cuerpo de las gambas y cocínalas lo justo para que no estén crudas, y retira del fuego.

En la misma sartén, con otro poco de aceite, saltea las cabezas de las gambas, presionando para que suelten el jugo, colar y reservar.

Pela los huevos duros y córtalos por la mitad, retira la yema y ponla en un cuenco, añade el aceite de oliva, el zumo de limón, el yogur y el cebollino fresco picado. Corta las gambas en trocitos y pásalas al cuenco con el jugo de su elaboración y el jugo de las cabezas. Mezcla bien y reserva.

Emplatado:
Rellena los huevos con la farsa de gambas, coloca sobre ésta unas huevas de lumpo y termina con un trocito de cebollino hincado. Si no tenéis cebollino, cualquier hierba fresca puede reemplazarlo.

Maite Linares
Hotel Los Patios