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Otro verano más lleno hasta la bandera

Desesperado se mostraba, en pleno mes de agosto, un conductor intentando llegar a Carboneras utilizando la carretera que conecta este pueblo con la barriada nijareña de Agua Amarga. Largas colas de vehículos intentaban circular por esta vía asfaltada, pero se tropezaba con las retenciones generadas por los vehículos que querían acceder o abandonar el aparcamiento de la playa de Los Muertos. Los habitantes de Carboneras o Agua Amarga han reconocido este verano que era más fácil utilizar la carretera interior que la de la costa.

Sorprendido se dirigía a nosotros un vecino de San José, para contarnos que se ha encontrado este verano a personas que estaban en la playa de Genoveses, Mónsul o Media Luna, y que le confesaban que estaban pasando unos días de vacaciones en Roquetas de Mar o en Vera, y se habían levantado de madrugada para poder llegar a la barrera que daba acceso a estas bellas playas. Lo mismo ocurría en otras emblemáticas playas de este parque natural.

Foto: Playa de San José © JMJ
 

Preocupados se manifestaban dos residentes de San José y de Agua Amarga cuando, durante los meses de julio y agosto, habían acudido a las playas de Genoveses y Agua Amarga, y se habían encontrado con numerosas embarcaciones fondeadas. Por ejemplo, en la bahía de Genoveses, y en función del viento, en ocasiones más de 30 yates, veleros y lanchas ocupaban la zona situada junto al morrón o frente al pequeño bosque de eucaliptos. Entraban y salían con sus motores en marcha, generando muchos inconvenientes a los bañistas.

Horrorizado se expresaba otro nadador que quería practicar buceo sin botella o, usando un anglicismo, snorkel, cuando ha intentado muchos días de este verano realizar esta práctica deportiva en el entorno de la Fabriquilla. Admitía las medidas de precaución que tenía que poner en práctica para intentar evitar las decenas de kayak y piraguas que le rodeaban. Puntualizaba que muchos de los ocupantes de estas bellas embarcaciones no mostraban mucha habilidad en el manejo de estas canoas y temía por su integridad física.

Otro visitante también había declarado el problema que generaba la línea de autocaravanas que se instalaban en paralelo a la playa de Cabo de Gata. No comprendía que estos vehículos permanecieran días y días aparcados en esta zona, o en otros puntos emblemáticos de la línea costera del Parque Natural, cuando la normativa prohíbe pernoctar en muchas zonas de Cabo de Gata-Níjar.

Foto: Playa de San José © JMJ
 

Inquietados hablaban con nosotros una pareja que había llegado andando hasta la cala de San Pedro. Se manifestaban contrariados por ver que no paraban de llegar lanchas transportando personas, que habían masificado una playa que recordaban hace algunos años virgen y tranquila. Les tuvimos que explicar que estas embarcaciones son muy peculiares y que desconocemos si cuentan con autorización para ejercer este tipo de actividad económica. También tuvimos que admitir que ignorábamos la licencia que tenía el bar que existe en esta playa, donde todas las edificaciones eran ilegales.

Durante muchos años los núcleos urbanos de este espacio natural han sobredimensionado su capacidad de edificaciones. En verano se transforman y multiplican hasta por 20 el número de residentes del resto del año. La afluencia masiva de visitantes, junto al reclamo que supone la belleza de sus playas para el resto de turistas que llegan a la provincia de Almería, convierten Cabo de Gata-Níjar en un espacio masificado.

La ausencia de agentes de medio ambiente, miembros de protección civil y policías locales, que expliquen lo que se puede hacer y lo que no se puede hacer en este espacio natural, permite que cada uno actúe como le venga en gana. La política puesta en marcha en los últimos años es dejar hacer y no importunar al turista. Al final, llegamos a situaciones insostenibles que provocan enfrentamientos y enfados.

Es imprescindible mejorar los sistemas de control y vigilancia, información y comunicación, para que todos los que lleguen a este parque, declarado reserva de la Biosfera, sepan a qué atenerse, y entiendan lo que se puede y se debe y lo que no se puede y no se debe hacer.

Asociación Amigos del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar