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Modernización de regadíos en el Parque Natural

En anteriores números del Eco del Parque ya informábamos de las pretensiones de la Comunidad de Usuarios de la Comarca de Níjar (CUCN) de llevar el agua de la desaladora de Carboneras hasta varias zonas del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar. Nuestra oposición al proyecto de modernización de regadíos en el Parque fue frontal. Tras su presentación inicial han realizado una modificación al mismo en el que reducen a tres las inicialmente seis zonas de riego en el Parque. Estas tres zonas son Pujaire-Mazarrulleque, Los Martínez y El Jali en las que existen cultivos intensivos en invernaderos.

Tanto la Asociación de Amigos del Parque como Ecologistas en Acción Almería y el Grupo Ecologista Mediterráneo hemos presentado alegaciones en contra de este proyecto por los efectos negativos que para la conservación de los hábitats naturales representaría y por la transformación del paisaje que llevaría consigo.

Ortofoto de los invernaderos de Los Martínez © IGN

El proyecto indica que la superficie que pretende regarse es de 209,2 hectáreas, que vendría a ser la superficie que actualmente hay en el Parque de invernaderos en las tres zonas mencionadas anteriormente. Aunque deja abierta la posibilidad de aumentarla a más del doble, ya que, si se construyera de invernaderos toda la superficie que queda en estas zonas C2, podría llegar a un total de 479,18 ha. Lógicamente, cuando se disponga de agua de la CUCN en los invernaderos que ya existen, nada va a impedir el riego a los nuevos invernaderos que se construyan junto a los existentes en esas zonas C2, en las que el PORN permite los cultivos intensivos bajo plástico.

Uno de los trazados de tuberías previsto (el trazado nº 3) discurriría por la antigua línea de ferrocarril de Lucainena de las Torres a Agua Amarga. Esta zona está considerada por el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar como zona B1 y B2. Las zonas B1 son zonas de marcado carácter forestal en las que la función protectora de la vegetación frente a los agentes erosivos, la regulación de los recursos hídricos, su valor ecológico o paisajístico, o su importancia en la biodiversidad del Parque Natural, se consideran cuestiones prioritarias en el aprovechamiento de sus recursos. No resulta muy compatible con la conservación de estas zonas la apertura de zanjas y el movimiento de tierras que ello supone, ya que se alteraría gravemente estas zonas de alto valor ambiental.

El proyecto presentado resulta un tanto tramposo, en el sentido en el que se plantea solamente la evaluación de la instalación de la red de riego sin evaluar el impacto de los efectos sobre el medio ambiente que supondría la entrada en funcionamiento de la misma, es decir, la puesta en riego de una considerable extensión de terreno. De esta forma se dejan de lado los principales efectos que acarrearía la actuación pretendida en su objetivo final, rebajando el impacto final, ya que lo único que se evalúa es la construcción de la red de riego, dejando el impacto de la transformación en regadío para más adelante. Esto resulta inaceptable, ya que debería evaluarse ambientalmente no solo el impacto de la construcción de la red de tuberías, sino además los efectos previstos por el cambio de uso del suelo que ello supone.

Ortofoto de los invernaderos de El Jali © IGN
 

Las canalizaciones que pretenden instalarse tendrían tuberías de diámetros que oscilan entre 1 m y 1,4 m enterradas. Esto necesita movimientos de tierra considerables con el empleo de maquinaria pesada, por lo que podrían producirse daños ambientales irreversibles sobre el medio natural. Aunque las canalizaciones discurran por zonas de servidumbre pública o de paso privado, se generarán ruidos y posibles vertidos. Las excavaciones pueden afectar a posibles elementos o yacimientos históricos que pudieran existir en el subsuelo. Así, la propia Consejería de Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía advierte de la posible afección sobre yacimientos o elementos históricos subterráneos, obligando a la empresa a firmar una declaración de responsabilidad para realizar los trabajos. El Parque Natural es una zona rica en yacimientos arqueológicos y elementos de alto valor etnográfico que deben ser preservados y que están protegidos por la Ley de Patrimonio Histórico de Andalucía.

El proyecto pretende llevar a cabo una actuación de gran envergadura que tendría importantes efectos negativos sobre la conservación del medio natural protegido por la figura de Parque Natural. La introducción en el Parque de un recurso exógeno como es el agua desalada resulta injustificado e incompatible con la conservación de hábitats de un espacio árido que caracteriza al Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar. Siendo el carácter de aridez una de sus mayores singularidades a nivel europeo, lo que configura un paisaje y unos ecosistemas únicos que en su día quedaron protegidos por su declaración como Parque Natural. Como resulta fácilmente comprensible, la aridez y los valores naturales asociados a la misma desaparecen con la llegada del regadío. En este sentido, la Directiva Hábitats exige no sólo el mantenimiento de los hábitats de interés comunitario, sino que además debe promoverse su restablecimiento. Para hacer posible esto, deberían alejarse actividades incompatibles con su conservación y restablecimiento, como es la agricultura intensiva bajo plástico. La implantación de invernaderos dentro del Parque resulta inaceptable, además con el uso de recursos externos como es el agua desalada, por lo que no debería permitirse.

Teniendo en cuenta que fuera del Parque, en las zonas de actuación del antiguo I.N.C. y del I.R.Y.D.A. todavía existen terrenos susceptibles de ser invernados y que reúnen mejores condiciones que las existentes dentro del Parque, se debería estudiar la posibilidad de trasladar fuera del mismo las explotaciones existentes dentro del Parque, de forma consensuada con los propietarios, en lugar de fomentar actuaciones para la ampliación de la superficie existente dentro del espacio protegido declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO.

Ortofoto de los invernaderos de Mazarrulleque © IGN

     

Uno de los objetivos del Plan de Ordenación de los Recursos Naturales del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar es “Conservar los paisajes áridos terrestres, los agroambientes áridos y los costero-marítimos, como expresión de la integridad de ecosistemas y la interacción entre el medio natural y la actividad antrópica tradicional, desde el reconocimiento de que su excepcional singularidad constituye el principal referente de este espacio”. Resulta obvio que el proyecto de regadíos pretendido no fomenta en absoluto esa conservación, por lo que se opone frontalmente a dicho objetivo. Por otra parte, no tiene mucho sentido que si otro de los objetivos del citado PORN es “Promover el reconocimiento del excepcional valor de los ecosistemas áridos a nivel nacional e internacional, y participar en los programas internacionales de conservación de la naturaleza.”, se apruebe un proyecto para fomentar los regadíos y no la conservación de los ambientes áridos.

Nos encontramos ante un despropósito de grandes dimensiones con efectos muy negativos para la conservación de la Reserva de la Biosfera Cabo de Gata-Níjar, por lo que esperamos y confiamos en que impere la cordura en el órgano competente encargado de emitir la correspondiente declaración de impacto ambiental y esta sea desfavorable.

Asociación Amigos del
Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar