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Vida natural

Beneficios de caminar en la playa

Pasear por la orilla del mar mejora la circulación, fortalece huesos y músculos y es favorable para la piel.

En invierno, sin la masificación estival, es cuando mejor se pueden disfrutar las playas cambiando el vocinglerío veraniego por el sonido de las olas, el aire fresco y el entrono apacible. Reposar o caminar por la arena es de las mejores recetas para desconectar, relajar la mente y reconfortar el espíritu. Caminar por la playa es una forma sencilla de mejorar el estado de ánimo. ¿Quién no se ha sentido mejor paseando solo por la playa? Y no es sugestión, está demostrado que caminar por la playa, con o sin los pies en el agua, tiene sus beneficios reales para la salud. La arena es el elemento determinante por el cual esta actividad física es tan recomendable.

Mejora en la circulación sanguínea
El contacto de los pies descalzos con la arena mejora el flujo sanguíneo y por tanto afecta positivamente sobre la circulación y la oxigenación de los tejidos, a los que la sangre le transporta el oxígeno. Es muy útil para mejorar las varices y la sensación de pies hinchados porque la arena activa la circulación linfática y venosa. Si el paseo se hace por la orilla, además las olas golpean los pies y tobillos actuando como un masaje estimulante. La arena seca provoca mayor resistencia que la arena húmeda y, por lo tanto, más cansancio, por ello cada cual, en función de sus posibilidades, debe elegir por donde andar, pero es recomendable andar por la arena mojada para no esforzarse demasiado.
Andar por la arena de la playa también es saludable para las plantas de los pies si se va descalzo, no solo por la estimulación de la circulación de la sangre, sino porque los pies son uno de los órganos con más terminaciones nerviosas y que se relacionan con diferentes funciones del cuerpo. En eso se basa la reflexología que algunos especialistas utilizan para mejorar y curar algunas dolencias.

Fotos: Playa de San Miguel de Cabo de Gata, hacia la del Charco © JMJ

Fortalece el aparato locomotor
Caminar por la arena de la playa también fortalece los músculos, ya que, como hemos comentado, se hace un mayor esfuerzo al estar pisando un terreno que no es llano y que ofrece más resistencia que el enlosado o el asfalto, se nota especialmente en los tobillos, los gemelos y en las piernas en general que se fortalecerán. Y si se está dispuesto a hacer un mayor ejercicio, porque se está capacitado físicamente, se puede ir con las piernas metidas en el agua hasta que ésta llegue a la altura de las rodillas, el agua fresca activará la circulación, los muslos y los glúteos se tonifican y el contacto de los pies con el agua del mar aporta beneficios, gracias al yodo, la sal y el resto de minerales que tienen efectos exfoliantes y cicatrizantes. La exposición solar controlada aporta vitamina D lo que tiene una incidencia positiva en los huesos, gracias a que absorbe calcio y fósforo.
También se queman más calorías, por lo que puede ser de gran ayuda en un programa para perder peso.

Ojo con el sol
Para que esta actividad física tan saludable no tenga efectos secundarios, como los derivados de la exposición al sol que, aunque en invierno no es tan intenso, una exposición prolongada e inadecuada puede ser perjudicial. Hay que utilizar la protección necesaria para piel y los ojos, utilizando un sombrero de ala ancha y las gafas adecuadas que, además de filtro cromático, deben tener filtros ultravioleta y polarizador, para evitar los rayos reflejados en el agua y en la arena.

Juan Manuel Jerez