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Editorial

El Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar pretende morir de éxito. Las grandes aglomeraciones de personas registradas durante los días de verano en las principales playas de este espacio natural: Cabo de Gata, San José, Genoveses, Mónsul, Media Luna, El Playazo de Rodalquilar, San Pedro, El Plomo, Agua Amarga y Los Muertos, están provocando una reacción de rechazo de muchos visitantes que buscan en este paraíso medioambiental un lugar para descansar y disfrutar de la naturaleza.

Un año más, tenemos que protestar por la masificación que han sufrido estas playas. Por ejemplo, Los Muertos y Genoveses, durante el año que acaba, se han visto inmersas en campañas publicitarias para catalogar las mejores calas de España, y han obtenido puntuaciones muy elevadas, llegando incluso, en algunos casos, a conseguir el calificativo de mejor playa de la geografía nacional. A esto hay que sumar que las campañas de promoción desarrolladas por operadores turísticos han provocado que estos enclaves se hayan visto, una temporada más, abarrotados de personas que querían ver y disfrutar de sus arenas y sus aguas.

Amigos del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar no está en contra de la llegada de visitantes atraídos por la belleza de un espacio natural que destaca por sus paisajes. Pero sí cree que es hora de llevar a cabo un estudio sobre la capacidad de estas playas, que no debemos olvidar están dentro de un parque natural, donde debe predominar el respeto y protección del hábitat de especies de flora y fauna. Tenemos que saber diferenciar las playas urbanas del resto de las calas. Las primeras pueden soportar una mayor afluencia de visitantes. Están preparadas para resistir la presión que provocan muchos turistas que llegan en verano con sus sombrillas, tiendas de campaña, hamacas, tumbonas y neveras. Ofrecen servicios de vestuarios, duchas y chiringuitos de playa. Pero las segundas, que carecen de esta oferta, tienen que ser reguladas y vigiladas. Impidiendo que se conviertan en lo que son las primeras.

Las personas que solo ven en estas playas una fuente de generación de beneficios económicos, defenderán la tendencia de convertir el parque natural en un enclave turístico, olvidándose de la importancia de presentar una oferta diferenciadora de otros puntos de la costa mediterránea o española, donde los valores medioambientales están por delante de los valores turísticos. Si no somos capaces de darnos cuenta a tiempo, al final el Parque Natural Cabo de Gata-Níjar perderá su razón de ser y se convertirá en otro punto más de la geografía costera que atraiga la atención de los miles de turistas que llegan a la provincia de Almería.

No muy lejos de esta idea desarrollista está el proyecto de construir un hotel de cuatro estrellas y 33 habitaciones en el cortijo de Las Chiqueras de la bahía de Genoveses. En su día, y con la etiqueta del diseño del prestigioso arquitecto portugués Álvaro Siza, se pretendió realizar una obra similar junto a las salinas de Cabo de Gata. Aquel proyecto fracasó. Esperemos que ocurra lo mismo con la propuesta actual, para la que se han recogido miles de firmas en contra.

Antonio Hermosa
Miembro de la Junta directiva de la Asociación
Amigos del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar